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Arrepentimientos comunes antes de morir

Actualizado: 3 ago 2022

¿Cómo podemos usarlo a nuestro favor?
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¿Sabías que la mayoría de personas se arrepiente de las mismas cosas al morir?. Y como algo más curioso y desde nuestra experiencia como psicólogos, los arrepentimientos más comunes están muy relacionados con parte de las demandas y dolencias emocionales que presentan muchos de nuestros pacientes.


Cuando no actuamos y decidimos no atender a situaciones que nos dañan y que tienen un impacto importante en una de nuestras 4 áreas pilar (laboral, social, familiar, amorosa) generamos un conflicto interno que se manifiesta con estrés y problemas emocionales.


Hoy nuestros psicólogos online han recopilado los arrepentimientos más comunes recogidos en el libro “The Tope Regrets of the Dying” en los que se recoge el relato de la enfermera Bronnie Ware, la cual se dedicaba a ofrecer cuidados paliativos a enfermos terminales y a estudiar cuáles eran sus arrepentimientos.


Principales arrepentimientos

Los arrepentimientos no solo nos afectan al final del camino, es muy habitual encontrarse en consulta con diferentes dolencias psicológicas y emocionales relacionadas con este tipo de arrepentimientos. Estos son los más comunes:


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“Hubiese querido hacer lo que me gustaba y no lo que otros esperaban de mí”

Este arrepentimiento comúnmente se traduce en forma de estrés laboral y burnout. Pensarlo bien, trabajamos una media de 8 horas diarias, en el trabajo convivimos con otras personas y nos enfrentamos a tareas impuestas o demandantes día a día.


Para evitar esto es imprescindible alinear nuestros objetivos personales e intentar priorizar las motivaciones internas (¿cómo conecta aquello que hago con mis intereses y mi personalidad?) por encima de las externas (dinero, apariencia o estatus). Con ello evitaremos la desmotivación, el estrés crónico lo que nos hará a su vez evitar trastornos de ansiedad o la depresión mayor (entre muchos otros).


  • Evitar: realizar las cosas priorizando motivaciones externas o competitivas (“¿qué me dará esto a los ojos de los demás?”, “con esto podré mejorar mi sueldo, ganar más que mis amigos y comprarme un coche mejor”, “este trabajo me dará un buen estatus y la gente me respetará”, etc).


  • Buscar: realizar las cosas priorizando motivaciones internas (“siempre me ha gustado eso”, “hacer esto me hace sentirme conectado conmigo mismo”, etc).




“Desearía no haber trabajado tanto”

Gran parte de los conflictos familiares y personales proceden del balance inadecuado del trabajo y la vida personal. Tener un buen rendimiento laboral es importante, pero si ello supone perder nuestra salud social, personal o familiar, es algo que pagaremos a largo plazo.


Recibimos impactos constantes de mensajes motivacionales en los que basan el éxito personal en grandes riquezas, los cuales utilizan la hiperproductividad personal para llegar a ello y eso es algo no realista si nuestro objetivo es vivir plenamente. Trabajar de forma excesiva además de generarnos un gran estrés crónico, puede generar neuroinflamación y poner en jaque a nuestra salud cerebral y emocional.


  • Evitar: no definir horarios, no tener las prioridades personales claras, trabajar por aumentos salariales o promociones laborales continuas, no delegar responsabilidades, cargarse con demasiada faena.


  • Buscar: establecer límites, comunicarse de forma asertiva, delegar, aplicar la ley pareto, revisar prioridades personales de forma periódica (como por ejemplo cada vez que sintamos que trabajamos en exceso).




“Me hubiese gustado no perder el contacto con mis amigos”

Los amigos son una fuente de protección y felicidad a largo plazo. Los amigos son complicidad, son ese espacio seguro en el que podemos ser nosotros mismos de una forma relajada y natural permitiéndonos el lujo de no ser correctos y no actuar por lo que “se espera de nosotros”.


En terapia psicológica es muy común que los pacientes indiquen que han perdido gran parte del contacto con sus amigos. Es normal que las responsabilidades del mundo adulto sumadas a algún conflicto personal nos separen de nuestros amigos.


  • Evitar: ser intransigente o poco empático con las necesidades de tus amigos, (si tienes un conflicto, háblalo desde el cariño y el perdón). Centrarte exclusivamente en tu círculo familiar directo.


  • Buscar: promover el perdón, guardar un espacio para tus quedadas sociales, interesarse por tus amigos y mantener el contacto con ellos/as aunque sea de forma esporádica.


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“Me habría gustado ser más feliz”

La felicidad no se encuentra en sentir placer inmediato (sino los psicólogos diríamos que las personas con una adicción son las más felices), sino de vivir una vida plena alineada con nuestras motivaciones e intereses personales. La felicidad está en vivir una vida con sentido capaz de hacer que nuestra bioquímica cerebral se traduzca en un estado de plenitud y serenidad sobre el cual construiremos nuestro día a día.


Ser feliz no necesariamente implica estar cómodo o a gusto. Como curiosidad, los estudios muestran que una de las mayores fuentes de felicidad es la crianza de hijos. Sin embargo, cuando los progenitores fueron preguntados por su experiencia actual durante la crianza, decían estar estresados y afrontar un gran número de retos y dificultades.


Para por un momento, entiende qué sientes, quién eres, y qué quieres de la vida. Establece prioridades basadas en ti como persona.


  • Evitar: definir nuestras prioridades de vida en base a lo que pensarán los demás (padres, parejas, amigos) cuando las hayamos conseguido. Y/o, entrar en dinámicas competitivas que terminan anclándonos en la vida que no querríamos haber llevado.


  • Buscar: entender quiénes somos (virtudes, defectos y necesidades emocionales), qué nos mueve, qué queremos que nos mueva y definir prioridades de vida en base a ello.


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¿Cómo podemos superar el arrepentimiento?

Si creemos que necesitamos un cambio, estas son algunas de las pautas que pueden sernos de utilidad para afrontarlo.


  • No demores en tomar acción: tomar acción para acercarnos a aquello que queremos reducirá nuestra ansiedad. Además es una fuente de aprendizajes y nuevas oportunidades. Toma acción siempre que puedas.


  • Practicar la autocompasión: la autocompasión nos ayuda a tratarnos amablemente, aceptando cómo somos y perdonándonos. Practicándola gestionaremos mejor las desilusiones, la gestión de expectativas en un proceso de cambio y reduciremos la autocrítica.


  • Afrontar nuestros miedos: los miedos son un freno inconsciente ante los cambios y caminos de vida que queremos tomar. Exponernos a nuestros miedos (de forma gradual y con una estrategia) nos hará evolucionar y nos liberará.


  • Reforzar nuestra autoestima: en momentos de cambio es muy normal que nuestra autoestima sufra. Será muy útil intentar reforzarla siempre que podamos, sobretodo en período de alto estrés personal.


Los trenes cargados de oportunidades pasan cada 2 minutos. Nunca es tarde para empezar, nunca es demasiado pronto para querer vivir plenamente.


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