Innovación en el tratamiento de la ansiedad y la depresión
Sabemos que la nutrición es algo muy importante, pero durante estos últimos años, la alimentación ha experimentado una revolución y la nutrición personalizada cada vez ocupa más peso en nuestras vidas.
Parece ser que la alimentación va mucho más allá del puro cuidado físico, estando directamente relacionada en la regulación de enfermedades mentales como la ansiedad o la depresión.
Hoy en Holamente, hablaremos del eje intestino-cerebro el cual conecta nuestro sistema digestivo con nuestras emociones.
Eje intestino- cerebro
Hasta el momento, siempre habíamos tenido una visión “gastroenterológica”, en otras palabras, pensábamos que las emociones que sentíamos eran la causa de la inflamación de nuestro intestino y nuestros problemas gastrointestinales y no al revés.
Se ha visto que el estrés y las emociones negativas repercuten en nuestro bienestar intestinal, favoreciendo tanto determinados procesos de inflamación del intestino, como el desarrollo de enfermedades autoinmunes.
Hasta ahora se ha creído que los procesos psicológicos eran los causantes de las alteraciones intestinales y que la única dirección que había era la de “cerebro-intestino” (nuestros estados anímicos determinaban nuestra salud intestinal). Sin embargo, las investigaciones científicas han demostrado que nuestro intestino puede regular nuestros niveles de depresión y ansiedad, llegando así al eje “intestino-cerebro” (nuestro estado del intestino es capaz de regular nuestros procesos de depresión y ansiedad).
Las investigaciones con bacterias y el estado de ánimo
Una vez más, la ciencia ha llegado para revolucionar la forma en la que entendemos, diagnosticamos y tratamos enfermedades mentales.
El neurocientífico John Cryan ha llevado a cabo una investigación en el Instituto de Microbioma de la University College Cork, en la cual criaron a un grupo de ratones sin bacterias intestinales con el objetivo de investigación de ver cuál era su comportamiento, cognición y estado de ánimo.
Los resultados fueron sorprendentes, el equipo científico observó que los ratones “germ free” (sin gérmenes y por ende, sin bacterias) presentaban graves problemas en sus relaciones sociales presentadas con otros ratones ya que éstos (los ratones sin bacterias) perdían la capacidad de reconocer a otros ratones con los que interactuar.
Y ello no acaba aquí, sino que las investigaciones concluyen que podría haber una relación directa entre el estado bacteriano del intestino y la propensión al estrés, la ansiedad y la depresión.
Esto se debe a que las cepas bacterianas (conjuntos de bacterias dentro del intestino), son organismos independientes capaces de producir sustancias químicas que influyen en nuestro cerebro. No todas las cepas bacterianas segregan los mismos componentes, por lo que las investigaciones actuales tendrán que descifrar cuáles son las más adecuadas para minimizar los efectos de la ansiedad y la depresión.
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Los psicobióticos y los humanos
El término “psicobiótico”, lo acuñó el profesor de psiquiatría Ted Dinan. Dicho término se refiere al conjunto de cepas bacterianas específicamente preparadas para el consumo humano mediante las cuales podrían tratarse formas leves de ansiedad y depresión.
¿Y qué pasa con los humanos? Si bien hemos hablado de los ratones, los resultados en humanos son esperanzadores. Las últimas investigaciones publicadas en “Nature Microbiology” corroboran los resultados en ratones y evidencian la relación entre las bacterias intestinales y los estados de ánimo.
El estudio realizado por la Universidad de Lovaina ha estudiado la flora bacteriana de 1000 personas y ha medido cómo se correlaciona su tipo de macrobiótica con sus niveles de calidad de vida y depresión.
Los resultados fueron sorprendentes y también correlacionaron diferentes tipos de bacterias que producían buriato (un tipo de ácido graso de cadena corta) con una mejor calidad de vida. Por otro lado y hablando en términos de depresión, los candidatos que tenían un menor número de Coprococcus (tipo de bacteria) eran los que presentaban depresión.
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Dietas cerebrales
Pese a que aún estemos en fase de investigación, sin duda, vamos a oír hablar mucho sobre psicobióticos y psiconutrición como forma de tratamiento ante diferentes tipos leves de enfermedades mentales.
No obstante y pese a saber que van a tener una incidencia clara en trastornos mentales, todavía no se sabe qué tipo de bacterias son las específicas para mejorar la depresión o la ansiedad. Además, cada persona presenta un tipo de flora bacteria diferente y puede ser perjudicial el aumentar de forma artificial la flora bacteriana dependiendo de nuestro tipo de biología.
Pese a que aún no se tenga una clara información a cerca de cuáles serán los psicobióticos de forma exacta, hay investigaciones, como la llevada a cabo por la Universidad de California, que correlacionan de forma clara el consumo de yogur probiótico y la mejora de la tolerancia ante el estrés. Además también se ha visto que otras formas de fermentados naturales como el chucrut o el kimchi o el kefir, pueden mejorar los niveles de cortisol en sangre y ayudar a combatir el estrés y la ansiedad.
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Holamente, Mejoramos vidas.
Gracias, muy buena informacion