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¿Cómo reconocer a un psicópata?

Actualizado: 12 abr 2021



Se conoce como psicópatas a las personas que sufren el trastorno antisocial de la personalidad. Por lo general las personas con este trastorno se las reconocerá por su falta de empatía así como su carácter manipulador y su búsqueda de sensaciones (entre muchos otros rasgos).


Este trastorno se da en el 3% de hombres y en el 1% de mujeres. Será acertado asociar a los psicópatas con la figura del asesino en serie o las series criminales teniendo en cuenta que llegan a ocupar hasta el 75% de el total de convictos en las cárceles. No obstante una persona con trastorno antisocial no tiene por qué ser violento o ser un asesino en potencia, y hay un gran número de psicópatas con vidas cotidianas o incluso con trabajos geniales y una vida plagada de éxito.


Será habitual que los trastornos antisociales con un buen control de impulsos y capacidad para planificar terminen ocupando puestos directivos o cuenten con una buena posición social. En este sentido su falta de empatía, su gran tolerancia al estrés y a las situaciones difíciles les facilita mucho la toma de decisiones difíciles y la exposición a situaciones difíciles continuas o de exposición a la opinión pública.


¿Qué características los delatan?


Hay que tener en cuenta que pueden llegar a darse algunas de las conductas que mencionamos y ello no tiene por qué indicar que la persona que las lleve a cabo sufra un trastorno antisocial. Podrían haber otros trastornos de la personalidad como el trastorno narcisista o el trastorno límite de la personalidad que muestren también este tipo de conductas. O sencillamente puede ser una persona sin ningún trastorno de la personalidad que muestra alguna de las características siguientes.


Para que pueda empezar a considerarse un trastorno antisocial se deberán de dar varias de las conductas mencionadas debajo manteniendo siempre la falta de empatía y remordimientos como centro de ellas. Además deberán darse de forma repetida en el tiempo y deberemos de tener en cuenta que las sustancias estupefacientes o el uso de determinados medicamentos también pueden hacernos propensos a actuar de forma muy diferente a la habitual, impulsándonos a cometer actos que no son habituales en nosotros.



Falta de empatía y remordimiento: esta será la característica principal. Puede observarse en situaciones cotidianas donde muestran exceso de crueldad, no tienen en cuenta los sentimientos o intereses de otras personas y culpan a los demás por los actos que han cometido. Será habitual que no se inmuten cuando otra persona sufre emocionalmente o sean capaces de cambiar de pareja o cometer infidelidades sin arrepentirse ni lo más mínimo. Será común que aparenten emociones para ser aceptados socialmente o como modo de obtener un beneficio (como ser perdonados).



Actos delictivos: la falta de miedo y estrés ante situaciones límite llevará a los psicópatas a no sentir ningún respeto por el cumplimiento de las normas legales ya que no temerán y en muchos casos no serán conscientes de las consecuencias negativas que les pueden provocar sus actos. De esta manera será habitual que encontremos actos delictivos como por ejemplo las estafas, el incumplimiento constante de las normas (normas de tráfico, prohibido el paso, prohibido fumar, etc). En los peores casos, podrán darse delitos mayores como robos con violencia, agresiones sexuales, violaciones o incluso asesinatos.



Intrepidez: mantendrán la compostura ante amenazas graves o adversidades notorias. No se pondrán nerviosos ni generarán ansiedad o nerviosismo a la hora de afrontar una situación desafiante sino que la enfrentarán sin alarmarse y con una gran calma. Será habitual verlos calmados en accidentes inesperados (accidentes de tráfico, accidentes del hogar), en peleas físicas o situaciones sociales capaces de ruborizar a la gran mayoría.



Necesidad de acción: por lo general serán personas de acción ya que tendrán poca excitación (se mostrarán tranquilos, planos) y necesitarán una gran activación (búsqueda de sensaciones) para sentirse vivos. Por ello serán personas que no tolerarán bien el aburrimiento y lo evitarán en la medida de lo posible. Es habitual que no esperen a hacer las cosas o que intenten superar desafíos solo por el hecho de no aburrirse.



Impulsividad: pese a que no se deba de dar de forma obligatoria, sí será común que las personas con trastorno antisocial presenten problemas a la hora de controlar sus impulsos o medir las consecuencias de sus actos. Por ello será común encontrarse actos impulsivos de forma repetida.



Tortura y maltrato a animales: esta faceta podría ser un claro ejemplo de necesidad de activación (necesidad de acción, de búsqueda de sensaciones para sentirse vivos) conjuntamente con la necesidad de control y falta de empatía características del trastorno. Sobretodo se suele dar en la infancia o adolescencia y podrá ser un claro indicador del trastorno. Por otro lado este factor será uno de los factores que más peso tendrán a la hora de determinar la peligrosidad o tendencia a cometer futuros crímenes en el caso de sujetos con rasgos sádicos muy marcados. Los rasgos sádicos junto con la necesidad de búsqueda de sensaciones, la falta de miedo a las consecuencias y la incapacidad de sentir empatía y remordimiento serán un cóctel perfecto para futuros crímenes.



Personalidad manipuladora: tratar de convencer a los demás, explotando sus relaciones con tal de sacar algún tipo de provecho (económico, sexual, personal) será la intención principal de las relaciones sociales de las personas con este trastorno. No tendrán problemas para simular emociones o incluso para reconocer las emociones de los demás, no obstante la relación de amistad estará siempre basada en el interés. Aunque no se de en el 100% de los casos, será muy común que los psicópatas se muestren encantadores y parezcan joviales y cercanos. Su intolerancia al aburrimiento, su capacidad para interpretar los sentimientos de los demás, su carácter manipulador y su incapacidad de sentir vergüenza o ansiedad social les empujarán a no tener problemas en empezar conversaciones o mostrarse extrovertidos con tal conseguir un beneficio personal.



Irresponsabilidad: esta conducta podrá observarse en forma de desatención por la seguridad de los demás o por la propia seguridad. Será común que cometan actos irresponsables que pongan tanto su vida como la del resto del grupo en peligro. Como por ejemplo iniciar una pelea física contra un número de personas superior, arriesgar su vida cometiendo imprudencias continuas al volante o incluso conducir a grandes velocidades y con maniobras peligrosas llevando a pasajeros a bordo (los cuales pueden llegar incluso familiares directos). También podrán darse otro tipo de irresponsabilidades como inversiones con un alto riesgo, actos ilegales o con consecuencias jurídicas capaces de exponer y perjudicar gravemente a su empresa o su posición de trabajo.




Hay que recordar que no todos los psicópatas están en la cárceles, un psicópata puede llegar a obtener una vida de éxito y en la realidad hay un número elevado de grandes ejecutivos, altos cargos políticos y personas de éxito que comparten rasgos marcados del trastorno antisocial de la personalidad solo que a diferencia de los que tienden a terminar en prisión. Los primeros cuentan con un buen control de impulsos y una capacidad de planificación correcta, lo que puede llegar a ser una gran ventaja a la hora de gestionar el estrés y las dificultades laborales muy comunes en puestos de gran exigencia y exposición.



 

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