Supera un divorcio de forma efectiva
¿Sabías que según el INE, en 2021 en España se produjeron 90.582 casos de separación (incluyendo nulidades y divorcios)?
Superar un proceso de divorcio puede ser muy difícil emocionalmente y afectar significativamente la vida de una persona. En sí mismo, el divorcio implica la separación de una relación íntima, pero también implica hacer frente a cambios en la estructura familiar, la división de activos y, en muchos casos, la crianza compartida de nuestros pequeños. Para superar el proceso de divorcio, es necesario tener paciencia, tiempo y una serie de estrategias psicológicas y emocionales para afrontar el duelo amoroso, reconstruir la identidad personal y encontrar un nuevo equilibrio en la vida.
En este artículo los psicólogos online de Holamente te daremos información útil comprobada científicamente para ayudarte a navegar por este difícil proceso y encontrar la fuerza necesaria para reconstruir tu vida y lograr tu bienestar emocional.
Consecuencias psicológicas de enfrentar un divorcio
Los procesos de divorcio son una de las situaciones más desgastantes a nivel emocional. Nosotros como psicólogos, recibimos un gran número de pacientes cuya raíz de su ansiedad o malestar psicológico está causada por un divorcio. Estos son algunos síntomas:
Estrés y ansiedad: debido a la incertidumbre y preocupaciones sobre el futuro, la adaptación a cambios y la resolución de asuntos legales y financieros.
Depresión: causada por la pérdida de una relación significativa y la alteración en la estructura familiar, lo que puede generar sentimientos de tristeza, desesperanza y desmotivación que pueden prolongarse.
Baja autoestima: la autoestima y confianza en nosotros/as mismos pueden disminuir, apareciendo sentimientos de fracaso, culpa y dudas sobre nuestro futuro y nuestra valía personal.
Soledad y aislamiento: la separación de una pareja puede llevar a sentirnos solos y aislados, especialmente si se ha perdido parte de la red social o contactos en común relacionados con nuestra ex pareja.
Problemas de salud mental: recordemos que los estudios inciden en que el divorcio aumenta el riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad, del estado de ánimo y relacionados con el consumo de sustancias.
Dificultades en relaciones futuras: quienes han pasado por el divorcio pueden tener problemas para confiar en futuras relaciones y establecer vínculos emocionales sanos.
Impacto familiar: el divorcio puede afectar significativamente a nuestros hijos, causando problemas emocionales, problemas académicos, cambios notorios de comportamiento, y un mayor riesgo de problemas de salud mental. Este es un punto importante, ya que nuestros hijos no tienen la culpa de nuestras decisiones y debemos esforzarnos en minimizar el impacto psicológico que les causamos.
¿Cómo puede ayudar un psicólogo en mi recuperación?
Es normal que nos cueste dar el paso y acudir a un psicólogo. Tener dudas es algo natural y muy comprensible. ¿Debo de dar el paso en mi situación...?, ¿gastaré mucho dinero...?, ¿qué pasa si mi círculo cercano descubre que voy al psicólogo...?. Estas son algunas de las dudas que nos surgen cuando llegamos a un punto límite de nuestra vida y sentimos que necesitamos ayuda profesional.
Aquí os presentamos algunos puntos en los que un psicólogo profesional puede aportar un gran cambio en nuestro estado emocional.
Apoyo emocional: Un psicólogo brinda un espacio seguro y confidencial para que podamos expresar y procesar las emociones relacionadas con el divorcio y gestionar la tristeza, la ira, el miedo y la confusión de manera saludable.
Facilitar el proceso de duelo: un profesional de la psicología brinda orientación y apoyo en el proceso de aceptación, adaptación y reconstrucción emocional que implica el divorcio y nos ayuda a superar un duelo amoroso.
Promover el autocuidado: el psicólogo ayuda a establecer rutinas de autocuidado para no descuidar el bienestar físico y emocional durante este proceso, fomentando prácticas saludables como la alimentación adecuada, el sueño, el ejercicio y la relajación.
Reducir el estrés y la ansiedad: los psicólogos podemos enseñar técnicas de manejo del estrés y proporciona herramientas para reducir la ansiedad. La incertidumbre, el estrés y el cambio son habituales en un divorcio, por lo que es normal que enfrentemos etapas de elevada ansiedad.
Reconstruir nuestra identidad: el divorcio puede desafiar la identidad personal y la autoestima, por lo que un psicólogo puede ayudar a explorar y redescubrir los valores, intereses y metas personales, fomentando la autoaceptación y el crecimiento personal. Convierte el divorcio en una oportunidad.
Mejora la comunicación y las habilidades de afrontamiento: un psicólogo puede enseñar estrategias efectivas de comunicación y habilidades de afrontamiento para manejar los desafíos relacionados con la co-parentalidad, la negociación con adolescentes y la resolución de conflictos con tu ex pareja.
Promover la resiliencia: un psicólogo ayuda a desarrollar la resiliencia emocional, fortaleciendo la capacidad de adaptación y superación de las dificultades asociadas al divorcio. Pueden trabajar en el desarrollo de habilidades de afrontamiento, la superación de pensamientos negativos y la promoción de creencias positivas.
El autocuidado y el cuidado psicológico es trascendental en épocas de gran estrés y cambio, entre las que se incluyen los divorcios. Por lo general, siempre será una situación desafiante, pero los estudios muestran que reforzar el cuidado psicológico puede ayudarnos a superar un divorcio y minimizar su impacto, manteniendo una buena calidad de vida.
Impacto psicológico de un divorcio en nuestros hijos/as
Nuestros hijos son una prioridad, por ello debemos saber que el impacto emocional de un divorcio puede ser contundente si no tomamos las precauciones adecuadas para evitar el impacto psicológico de un divorcio en los niños. Estos son algunos efectos negativos más comunes:
Problemas de autoestima: la autoestima es otro área que recibe un gran impacto, especialmente si los niños han contemplado conflictos y discusiones en casa y su familia (lugar seguro y estable) ahora se ha desmoronado y se ha dividido.
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Sentimientos de culpa: es frecuente que los niños se sientan responsables por el divorcio de sus padres, incluso si no tienen ningún control sobre la situación, lo que puede generar intensos sentimientos de culpa.
Problemas de comunicación: la disrupción familiar y emocional causada por el divorcio puede generar problemas en las relaciones interpersonales, lo que puede llevar a dificultades para establecer y mantener relaciones saludables con padres, hermanos y compañeros.
Todo ello puede derivar en problemas con sus amistades y en fracaso académico. Por ello es importante que cuando nos enfrentemos a un divorcio prioricemos el cuidado de nuestra salud mental, tanto nosotros como en nuestros hijos/as.
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Bibliografía utilizada
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Lamela, D., Figueiredo, B. (2023). Determinants of personal growth and life satisfaction in divorced adults. Clinical Psychology & Psychotherapy, 30(1), 213-224. doi: 10.1002/cpp.2770. PMID: 35912565.
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